Bienvenido Nieto Gómez, Director del Secretariado de la Pastoral del Tráfico, Archidiócesis de Madrid
Es una realidad que empieza a afectar muy directamente a nuestras vidas, a la inteligencia del ser humano, le ha salido una gran competidora, la IA, o lo que es lo mismo, la inteligencia artificial.
Entre otras muchas ventajas del ser humano sobre esta recién competidora, no hay duda que destaca entre otras que no ha estudiado en Salamanca, o lo que es lo mismo que decir que será muy inteligente, pero le faltará la picaresca. Es lo que tiene y lo que hay. Pero vayamos a lo mollar y serio.
Se ha empezado a divulgar de las benevolencias y ventajas que puede tener la IA en todas y en cada una de las áreas y pasajes de nuestra vida. Y, en la movilidad, será uno de lo campos en los que a buen seguro tendrá una relevancia importante.
El cómo y de qué forma nos va afectar es muy pronto para decirlo y menos aseverarlos. Pero estoy seguro que bien empleada esta IA, deberá de centrase en ayudar a evitar los siniestros de tráfico, así como a prevenir y preservar el medio natural, es decir, a vitar que la contaminación siga afectando tan negativamente al medio ambiente y acelerando el proceso del cambio climático. Tal vez podamos decir que ya los nuevos desarrollos y tecnologías que empiezan a incorporar los nuevos automóviles, están ya pensado para trabajar simultanea y coordinadamente los dos factores la IA y la inteligencia del ser humano.
Empieza a ser normal el adquirir vehículos de nueva fabricación que incorporan las famosas ADAS, es decir, el asistente al conductor para la conducción. Y, aunque en muchos conductores aun no está muy extendida, porque, no hay duda que el adquirir un vehículo nuevo cada vez es más difícil acceder a el (limitado por los PVP) si que es real que ya los nuevos modelos incorporar bastantes ayudas a la conducción.
La pregunta que hemos de hacernos es directa y lógica, ¿beneficia esto a la movilidad? En mi opinión si, ayuda, ahora bien, no desdeñemos que con IA o sin ella, quien va (en principio) al volante o manilla de los vehículos es el ser humano. Y, esto, no debemos olvidarlo. No debemos olvidad que es precisamente el factor humano quien pierde y sufre las consecuencias de los siniestros. Y al día de hoy siguen siendo excesivos los que se producen en calles y carreteras. Pues no hay duda que todo debe de redundar en una mejor y más segura movilidad,
Ahora bien, me temo que el camino va a ser largo y el recorrido no va a estar exento de problemas, criticas, postulaciones y negatividad. Y tendrá que hacerse de una forma abierta y muy pedagógica para que cale en todos los participantes en la movilidad.
Otra de las cuestiones que surge es, ¿afectará la IA en la formación de lo conductores? Es decir, cuando un usuario de las vías públicas desde un conductor de bicicleta al vehículo más sofisticado o a los conductores profesionales del transporte de personas y de mercancías, ¿lo dejaremos todo en manos de le IA, o, por el contrario, esta servirá de apoyo, pero nunca va a ser sustitutiva de la acción humana.?
Creo, humildemente, que seria un tremendo error fiarlo todo a la IA. Cierto es que ya está bastante avanzado el proyecto del coche sin conductor, y aquí sí que tal vez la IA, sirva como aplicación directa a la hora de mover y desplazar este tipo de vehículos. Más a más, su idea y creación precisamente está basada en ella, en una inteligencia artificial.
Mucho camino queda por recorrer a esta nueva inteligencia que comienza a ser ya muy habitual en muchos campos y materias, entre otros los marcos regulatorios y legislativos. Y me atrevo a asegurar que se escribirán muchos ríos de tinta (o tal vez ya no sea necesario escribir, lo hará la IA por nosotros) me mantengo, muchos ríos de tinta se han de escribir y me atrevo a profetizar que este no será el único artículo que escriba sobre ello (afirmo que, lo he escrito YO, no la IA).
Bienvenida sea esta IA si nos va a servir para ayudar a bajar esta siniestralidad y movernos y desplazarnos de una forma segura, sostenible y conectada.
